Oh glorioso San Marón, hombre humilde de intensa piedad,
lleno de sabiduría y de Espíritu Santo, Milagroso sanador del alma y del cuerpo,
tu santidad, reflejada en la vida de tus seguidores, forjó una espiritualidad tan profunda
que dio origen a muchos y nobles santos, dotados de gran valor y de virtudes heroicas,
que, fieles a la Palabra, y reconocidos por la Iglesia Universal
forman parte de un caudal espiritual rico y de inmenso valor para la todos nosotros.
Tú, santo lleno de nobles virtudes, que llevaste una vida de asceta en la montaña
entrego día y noche al ayuno, a la mortificación y la oración,
que cultivaste heroicamente las virtudes evangélicas, y fuiste ejemplo de bondad y justicia
tú que con caridad te entregaste al amor del Señor y al servicio del prójimo,
míranos con compasión y danos tu ayuda, protege a nuestra familia en todo momento,
aleja de nuestro hogar todo mal, todo enemigo y peligro que nos aceche,
danos salud, trabajo, amor y unión, e intercede para que seamos confortados en las aflicciones
y encontremos consuelo y remedio en nuestros problemas, en nuestras adversidades,
en nuestras carencias y dificultades, y en especial, tiéndenos tu mano amiga,
que es valiosa mediadora con el Dios, y alcánzanos lo que ahora tanto necesitamos:
(Pedir con mucha esperanza lo que se quiere conseguir)
San Marón bienaventurado,
tú que embelleciste el coro divino de los santos ruega al Señor por todos nosotros,
y no dejes de darnos tu amparo, cuidado y protección, sobre todo cuando el sufrimiento nos invada,
haz que crezcamos en amor a Dios y a los hombres.
San Marón, fiel adorador del Santísimo Sacramento, alcánzanos del Señor justo y misericordioso
todo lo necesario para nuestras vidas y almas y enséñanos a mantenernos firmes en la fe y la esperanza
e inspíranos para que seamos constantes en la caridad, en la humildad y la justicia con nuestros hermanos,
para alcanzar algún día como tu la Patria Celestial.
Amén.
Rezar el Credo, Padre nuestro y Gloria.